A Aventis
P
*Como ya lo
hemos dicho en varias oportunidades, en la Venezuela dividida actual, hay muy
pocos temas
La
Tecla Fértil
*
Fantasmas en Asamblea Constituyente, no se les escucha.
Los
periodistas y escritores, estamos expuestos a las distintas vivencias que se
expresan en el país y como tal, redactamos la información sin declarar un
culpable o un inocente de tal hecho. Así que, apalear un avispero trae sus
consecuencias y, he sido pasto de esas llamas, por lo tanto, es la primera vez
que apruebo la conducta aplicada por La Asamblea Constituyente, por la ley del
miedo y el control de las redes sociales. De verdad, la militancia anti
oficialista ha perdido votos y favorecido la abstención por los mensajes
dejados en las redes de internet.
Como
ya lo hemos dicho en varias oportunidades, en la Venezuela dividida actual, hay
muy pocos temas en las cuales existe consenso entre la población y los
representantes de grupos de presión, grupos de interés, grupos gremiales,
centros de investigación y universidades. Y creo que los más importante, si es
que no los únicos, tienen que ver en las elecciones municipales por venir,
debemos salir a votar y no abstenernos.
Hay
que aceptar los cambios por venir, aprobarlos y luchar para que los decretos no
sean fingidos, ya que hay intereses a expensas de todos los demás y grupos de
poder.
Los
Intereses Particulares y las Necesidades Comunes, por ley natural se conservan
al darse Equilibrio; transforman la realidad en complementaria (los antagónicos
destruyen su propia obra y los complementarios la construyen, le dan
continuidad, proyección). Los seres humanos en la etapa de civilización
desarrollaron la facultad de cambiar el medio y así mismos; convirtieron lo
natural en artificial, por tanto, tienen la facultad de retornar a lo natural,
al equilibrio, el cual se ha perdido. La humanidad dispone de todos los
recursos para hacerlo.
.
Ellos, destrozaron al país y, teneos mucha gente buena que puede participar en
las elecciones y, no ser nombradas a dedo.
Sin
embargo, hay que decir y reconocer que la institucionalidad democrática del
país está funcionando y dando buenos resultados:
Hay
sentimientos encontrados, es cierto, presagian una campaña electoral llena de desconfianza,
fría, personalista, en que la ciudadanía difícilmente conectará con sus afectos
partidarios tradicionales y en la que nadie, ni la mejor encuesta en todo el
territorio nacional, está en capacidad de predecir nada sobre lo que sucederá
en las próximas elecciones. Todo es incierto. Todo está abierto.
Durante
la Edad Primitiva existía unidad natural, instintiva en la humanidad; en el
período de los Intereses Particulares(civilización), la unidad sólo se ha dado
accidentalmente, la constante ha sido la división: todos contra todos: pérdida
de equilibrio. Para el futuro, puede ser posible la Unidad basada en el
conocimiento y en los ideales comunes, adicionándole la previsión y la
construcción de futuro; superando así, la unidad instintiva de subsistencia.
Cuando la humanidad y la sociedad apunten su accionar a unos mismos ideales y
objetivos, se dará su máxima expresión: UNIDAD, porque la unidad en sí, no
tiene ningún valor, lo que tiene valor incalculable y desconocido por la
humanidad, son sus frutos, los cuales se multiplican geométricamente; contrario
a los frutos de la división, que multiplican el esfuerzo para no lograr el
objetivo, desarrollando la civilización.
Lo fundamental es que no haya
impunidad y que los corruptos sean llevados, según su grado de participación en
el tráfico de influencias, a los Tribunales de Justicia
Los
Intereses Particulares y las Necesidades Comunes, por ley natural se conservan
al darse Equilibrio; transforman la realidad en complementaria (los antagónicos
destruyen su propia obra y los complementarios la construyen, le dan
continuidad, proyección). Los seres humanos en la etapa de civilización
desarrollaron la facultad de cambiar el medio y así mismos; convirtieron lo
natural en artificial, por tanto, tienen la facultad de retornar a lo natural,
al equilibrio, el cual se ha perdido. La humanidad dispone de todos los
recursos para hacerlo.
Los
ideales y objetivos sociales, nacionales, mundiales, pragmáticos que por su
naturaleza son a plazo indefinido, aportan otro elemento imprescindible en el
logro de la unidad, y este elemento es precisamente el largo plazo. Los ideales
y objetivos comunes humanos, trazan el camino a gobernantes y gobernados,
siendo por sí mismos, fuerza que impide la improvisación de los gobernantes y
gobernados, apuntando a la corrección del problema más difícil: Gobernar bien,
direccionar acertadamente. Así, la humanidad, disfrutará y
construirá futuro, a cambio de lo que acontece hoy: autodestrucción.
Movilizar
una nación, y nuestro mundo tras un objetivo general, concreto, a corto plazo,
es de gran importancia, pero, movilizarlos tras ideales y objetivos
pragmáticos, comunes, globales, equivale a multiplicar los resultados o
efectos. La unidad, estimula la actividad individual y social. La unidad aplicada
a ideales y objetivos nobles construye, proyecta, logra vivencia exótica,
multiplica los resultados en la labor social, humana y natural.
La
política entendida como la lucha por el bien común y la defensa de la libertad
es un proyecto personal, una decisión que afirma en las más íntimas
convicciones cognitivas y espirituales la democracia, el pluralismo y la
validez del sistema político. La política es una virtud por la virtud. Es una
opción preñada de valores positivos que gravitan y se encarnan en nuestras
acciones cotidianas de “justitia”. Como decía el escritor y filósofo español
don Miguel de Unamuno (1864-1936), la política es un “gerundio” no un
participio porque se está haciendo en el devenir de nuestra existencia. La
política no es azar ni negocio individual. Tampoco la oportunidad para llenar
“egos”, “vanidades” y “bolsillos”. Estar en política buscando el beneficio
propio es alimentar la maldad y desprestigiar los ideales del partido.
La
efigie de los políticos corruptos debe estar siempre en el sepulcro de la
perversidad.
Por
todo lo anterior, vale decir, que los actores del proceso político como entes
históricos están comprometidos con el bien común y la verdad. El político es
responsable de sus actos y tiene el deber moral de hacer lo bueno, lo recto y
lo señorial en el seno de su conciencia, Por eso, el buen político es probo.
Atestigua con su trabajo el sentido espiritual de su ideología política.
Expresa con sus sentimientos su profunda solidaridad con los que menos tienen.
Así como al azúcar le es fácil ser dulce, al político noble le es sencillo ser
íntegro en el ejercicio de su actividad cotidiana.
El
político decente es leal con sus principios de bien moral.

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