Asidero
La política internacional viene siendo manejada bajo una
sola tendencia con la esperanza de construir un nuevo mundo económico y, en el
caso del Cono Sur, los pueblos indígenas y urbanos sepan que ha llegado el
momento de fomentar al hombre republicano, más allá de sus ideas derechistas y
izquierdistas, porque, el cuerpo de leyes de un país tiene un nivel integral. Lo
que ha entorpecido los trámites para adecuar las Constituciones de cada país a
una sola realidad geopolítica y territorial ha sido los movimientos migratorios
como primer impacto, luego, las normas comunes de asilo en toda la Unión
Europea. La crisis de los migrantes ha dado lugar a la necesidad de acciones y
reformas adicionales para garantizar una seguridad fronteriza cierta.
La Organización de Naciones Unidas, (ONU), en los últimos
diez años no atendió el asunto de los refugiados, menos el caso de los
palestinos dispersados en el Medio Oriente, todo quedo en relanzar un proceso
de paz creíble. Algo que resulto falso y ocasiono inestabilidad e incluso
amenazas de inseguridad en toda la región del Mediterráneo. Pero, se tiene que
conocer a la vez, los tiempos bíblicos, nada esta embuido en un callejón sin salida,
la paz se construye con una base u plataforma espiritual, teniendo presente la
geopolítica y territoriedad de las naciones. Donal Trump, es solo una
consecuencia de las conversaciones anteriores a la II Guerras Mundial.
Los refugiados palestinos y quienes migran a cualquier
territorio, fuera de sus tierras originarias, deben ser revisados en su
documentación. Es indispensable para revisar los fondos dados por la Unión
Europea y sus Estados miembros. De allí, parte el conversatorio necesario para
lograr una afinidad con lo deseado por grupos familiares. Sin duda, estamos
hablando de millones de personas. Hablo de dos millones y medio de refugiados
en Líbano, ochocientos mil en Jordania, setecientos mil en Siria, un millón
cien mil en La Franja de Gaza y novecientos mil en Cisjordania. Son ciudadanos
con necesidades básicas como primarias con las que tratar, con hijos sin
futuro.
A esto, debemos agregar los migrantes de Nicaragua y
Venezuela, cuyos presidentes camaradas y con una sola razón ideológica, no quieren
acceder a otras posiciones políticas, lo que viene originando inestabilidad
social, porque, en vez de ser países progresistas, los mandos militares están en
manos de un grupo de hombres provenientes de la derecha y la sociedad civil no
tienen mandos.
Europa, debe definirse, en cuanto a sus relaciones
internacionales, Las influencias externas la deterioran, más a España, donde
José Luis Zapatero juega un papel fundamental, ya que permitió la entrada de
migrantes islamitas en su territorio, cuando fue primer ministro y, estos
grupos han fomentado desordenes en vías públicas, con un carácter netamente
terrorista.
Pero, la dinámica social, nos orienta a una mayor movilidad
social y visual, por las categorías económicas y políticas internacionales. Los
flujos migratorios son más frecuentes y, los países anfitriones, tienen que
dinamizarse porque el tema, es también religioso como radical, es otra cultura
y cuyo precepto espiritual es el islamismo.
Aquí, radica la cuestión de autodefinición de Europa, la
cual esta basada en un orden social, como un activo común definido en términos
de prosperidad, bienestar y seguridad. Por los momentos, observamos allí un
rechazo defensivo que, como un deseo de confrontación cultural debe definir, el
núcleo fundador de los valores culturales, el problema permanece al tener que
definir, que, es lo que realmente está siendo defendido. De este planteamiento
surge un problema de identidad y definición política y, algunos diputados en
Estados Unidos de Norteamérica acosan a Trump porque esta radicalizado, ya que
no desea que islamitas ataquen a la infraestructura urbanística por un lado y
el otro, a la sociedad civil con armas y explosivos.
En este sentido, el conflicto es amplio y se alarga, por
sus referencias, legitimización. Constituye una etapa, como un destino que no
ha alcanzado su cenit, una fase histórica por la que tiene que pasar Europa y
los norteamericanos, donde se palian resultados con efectos dolorosos.
Debemos ser conscientes, sobre las condiciones favorables o
no y sí los actores no se dirigen hacia una solución, el conflicto puede ser
destructivo y llevar el fracaso, especialmente sí, los interlocutores se
sienten apoyados por sus fuertes creencias ideológicas, como religiosas.
Entre el conflicto y la normalización, la integración de
las poblaciones musulmanas de Europa, aún espera su base institucional y
cultural. La irrupción de la violencia política en el corazón de París en la
sede de Charlie Hebdo y después una toma de rehenes a nombre de Al Qaeda y de Dáesh
es significativo y cuyas consecuencias para la población musulmana en Europa,
resulta imposible de comprender de una manera exhaustiva.
Los países europeos
han ofrecido respuestas distintas a esas preguntas, desde la rígida actitud
francesa -simbolizada por la ley del velo-, hasta las más flexibles políticas
de otros países mediterráneos. Quizás el denominador común sea que raramente
hay acuerdo e ideas claras sobre qué hacer. Mientras, las cifras crecen,
empujadas por la inmigración, pero también por la fertilidad de las mujeres
musulmanas, que por término medio tienen cuatro hijos cada una, frente al 1,45
de la media europea: si mañana se parara totalmente el flujo migratorio, el
número de musulmanes y su porcentaje con respecto a la población total europea
seguirían creciendo. Y los nuevos nacidos no serán, como sus abuelos, simples
inmigrantes, sino que, ya, como sus padres y más que ellos, europeos musulmanes.
Y, es lo que no
quiere, Donald Trump en su tierra. Ante esa dinámica, y ante la
realidad de un islam que ya es parte de Europa -las segundas y terceras
generaciones son una componente cuantitativamente relevante de la comunidad
musulmana europea- se plantea el debate en torno a la actitud que las
sociedades tienen que adoptar. ¿Hasta qué punto se debe de exigir la aceptación
de los valores fundamentales europeos? ¿El respeto de la libertad de culto, que
es uno de estos valores, implica la tolerancia de praxis que violan otros
principios básicos? En definitiva, ¿es delito una interpretación restrictiva
del islam?
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