Vida Cristiana/3545
El silencio de los cielos se rompió tres veces, durante el ministerio de
Jesús para darnos un anuncio. A su vez, el testimonio de la perfección en
Jesús. El bautismo de Jesús, hizo una separación entre su vida privada y
pública. La primera ocasión fue la que ahora está en consideración. “Este es mi
hijo amado, en quiñen tengo complacencia, (Mt 3:17). La segunda fue, cuando
sobre el monte de la transfiguración se oyó la voz misma decir: “Este es mi Hijo
amado, en quien tengo complacencia, a él oíd”. (Mt 17:15), La tercera fue,
cuando Jesús acercándose a su cruz, cuya sombra y tristeza ya caían sobre su
vida, oró: “Padre, glorifica tu nombre”, y vino la respuesta: “Lo he
glorificado y lo glorificare otra vez” (Jn 12:28).
Es un asunto de aprobación que Dios dio a Cristo. El afirmo su rostro hacia
la muerte que culminará en la obra de la redención, acorde con los propósitos
de Dios. Fue a las aguas del Jordán y fue contado con los transgresores en el
bautismo de arrepentimiento, tomando su lugar con ellos en esa figura de la
muerte, así como finalmente se iba a asociar con ellos en la misma muerte. En
lo que se refería a la persona y carácter de Cristo. El no tenía necesidad del
Bautismo de Juan. Este versículo lo declara, “Yo necesito ser bautizado por ti,
¿ y tú, vienes a mí?. “Mt 3:14En lo anterior, fueron tres momentos que hizo
crisis y consintió la muerte, y en cada oportunidad, el cielo selló el
sacrificio como perfecto y, por lo tanto, de valor infinito. La revelación de
Las Escrituras es perfecta desde la Creación en Genesis hasta El Gólgota.
En el evangelio de Juan hay una declaración sobre él, aún más notable.
Viniendo de Galilea a Jerusalén, enseñó en el templo. Hablar aquí, era muy
diferente de hablar en la sinagoga en Nazareth. Aquí, se juntaban los eruditos
de la zona. Los hombres y creyentes deben aprender, estudiar y pasar por
procesos de preparación para obtener lo que el poseía, sin estos procesos.
Volviendo al evangelio de Juan, observemos que Él respondió a la pregunta
de los judíos: mi doctrina no es mía, sino de aquél que me envío. El que quiera
hacer la voluntad de Dios, conocerá sí la doctrina es de Dios, o si yo hablo
por mi propia cuenta” (Jn 7:16,17).
El hombre con Dios puede hacer frente a cualquier tensión, y es superior a
toda tentación.
Jesús permaneció en la voluntad de Dios, de la cual era conocedor, por la
Palabra de Dios. Seamos espirituales, elevemos nuestro en cuanto a la sabiduría
mediante la oración. En carta a los Romanos, el apóstol Pablo insta a los
creyentes a presentar sus cuerpos, “” en sacrificio vivo, santo, agradable a
Dios que es vuestro culto racional, (Rom. 12:1).
El hombre fue hecho sombra de Dios, para la manifestación de Dios. Lo que
indica que esta fuera de la armonía de Dios, Se salió de la línea de luz, y
tuvo que esconderse. Dios creó a un hombre capaz de conocerle, tenía la
conciencia de Dios. En el hombre, la vida llegó a ser conciencia acerca de Dios
y capacidad de comprenderle, pero, cayó por no tener una sabia decisión, y fue expulsado
del Edén.
Jesús lo redimió. Es el milagro de La Deidad,” En el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. (Jn 1:1)
Emiro Vera Suárez
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