i

por Edith Suyai
Moncada (Notas) el viernes, 7 de junio de 2013 a la(s) 17:20
Para que no  me olvides                   
                                                           
                                                           Salí corriendo, 
                                                           presa de un dolor agudo
                                                          mi corazón al ver la foto 
                                                          y leer lo que decía
                                                         se rompió en mil pedazos,
                                                        huí creyendo que me seguirías.
                                                                                        


Hacía un bosquejo de mi proyecto,cuando por el rabillo del ojo veo que Alicia saca un libro de la biblioteca. Ella siempre le ha gustado leer, y de vez en cuando ordena  mi desorden, y uno que otro ojea Yo  no tengo libros de su gusto, nada de novelas,  pero  siempre encuentra algo en qué entretenerse mientras  yo trabajo.  Fue el portazo lo que me sorprendió.  Seguramente habrá ido a comprar, pensé. No le dí importancia y me dediqué a terminar mi proyecto.

 Alrededor de las  siete de la tarde  ya oscuro, necesité encender  luces, es entonces cuando  me percato que Alicia no ha vuelto. Voy apreparar café. Fue cuando  veo  tirado en el piso el  libro. Lo recojo para  colocarlo en su lugar y  pienso: seguramente Alicia lo dejó caer sindarse cuenta. ¿Por qué salió sin avisarme?

Escucho el ascensor y  reconocí las pisadas de sus tacones, acudo a  la puerta, abro y  veo sus ojos con lágrimas, en sus manos tiene  un papel arrugado. Toma, dijo: hazla tira delante de mí. ¿Qué es? Pregunto.
¡Mírala!
 La desdoblo y veo una foto de Laura, ella había sido mi novia años atrás.  Recuerdo en ese instante  lo que estaba escrito, “Para que no me olvides” ¿Cómo olvidé romperla? (Allí estaba la razón del libro tirado.) 
 _ ¿Y qué significa? Pregunto
 _ ¿Por qué la guardas aún? Dice, llorando. ¡Rómpela,ahora  frente a mí!
  _ Amor,por supuesto.   Y lo hago.
Ella me abraza y en ese abrazo comprendo. Escucho su voz apesumbrada. Estaba en el libro. ¿Por que la guardaste?
 No se, amor, estaría allí seguramente, pero ya no tiene importancia, es cosa del pasado. Sus ojos  verdes me miran asombrada, y digo: ¿por eso saliste así de golpe?  
Ella calla enrojecida. La abrazo, y en este abrazo comprendo lo mucho que la amo. Su carita enojada y la sonrisa, me hacen reír. ¡Tontita ¡ le digo,¿acaso dudas de mi amor?  Sus labios que saben a miel, se pierden en los míos. Nos fundimos en un beso que nos transporta al paraíso.
 Años después recordaríamos  riendo este hecho,al  pasar por las calles donde Alicia había corrido, segura que yo iba tras ella.  Huía  de rabia y desesperación al encontrarse con aquella foto, en  aquel viejo  libro de Marcel Proust “En busca del tiempo perdido”.



1Me gusta ·  ·  ·