La Tecla Fértil
El ocaso del Socialismo en el país se encuentra cerca, parece una casa
destartalada y llena de una ingenuidad que perturba la conciencia, nadie se ve
a sus rostros, porque se desconocen, afuera está el clientelismo político con
citas presentadas en famosos restaurantes. De verdad da asco, hoy, se habla es
de paramilitarismo de derecha e izquierda, antes de lucha e ideología. El ámbito
de la burocracia disfrazo el movimiento revolucionario y nos está golpeando a
todos, porque la perturbación ética es para todos y el camino ya es inaccesible,
están ya tocando a Tarek William Saab, uno de los pocos sobrevivientes del
chavismo, le resta el joven político, Héctor Rodríguez que los militares lo están
quemando para botar sus cenizas junto al Legado de Chávez en Las Filas de
Mariches, donde se encuentra el depósito de urnas del Consejo Nacional
Electoral.
Hay un pensamiento perverso y subjetivo sobre la enfermedad que carcome
el camino del Socialismo en Venezuela y hay una confusión social sobre la ruta
a seguir y ante la magnitud de nuestros ojos se levanta la sombra de Odebrecht.
Los mejores periodistas de izquierda, fueron alejados de los medios de
comunicación social, obviando que, nos encontramos en el momento del desquite
histórico, porque nuestros periodistas desean ejercer el verdadero periodismo y
los otros comunicadores, solo desean hacer plata y escuchar al presidente
Nicolás. Abriendo la programación oficial para ofrecer regalos y dinero. Es lo
más fácil para no ir a trabajar.
El vacío de poder, siempre será
largo y la Paz en Venezuela, solo se solventa es con un dialogo abierto entre
venezolano y no con extranjeros, menos con el emisario papal que es un gran
mercantilista y acaparador de voluntades, simplemente, porque representa los
intereses de La Iglesia.
Hay mucha ignorancia política entre los ministros y quienes regentan el
poder en el país. Algunas veces, pienso, en una Asamblea Constituyente, pero,
sería una conspiración al presidente Chávez y a su conocimiento público, porque
era militar, y, hay que ver, como un militar se hecho toda la responsabilidad
de una izquierda, porque ni José Vicente Rangel asumió ese liderazgo, menos Petkoff,
Moisés Moleiro y Pompeyo Márquez.
Sin duda, vamos a una concentración civil de bandos y el militar que
hará represión hacia el opositor y, las armas ya se escuchan en este momento
tan difícil. Lo que da lástima es que el pueblo no tiene dinero suficiente para
adquirir alimentos y solo le restara una oportunidad, el saqueo. Es la apertura
de una guerra civil que jamás Chávez lo permitiría, esto, era fácil arreglarlo
hace dos años atrás con poner preso a los Bachaqueros y no darles fuerza a los
detenidos en las cárceles.
Los militares en Venezuela son inflexivos, no razonan, juegan al dólar y
al generalato y el peor error del presidente Nicolás Maduro Moros es haberle
dado el control de los alimentos y la dirección de algunas instituciones y los
civiles milicianos no tienen poder de mando y armas para defender la República.
Tampoco fueron preparados, los generales y gobernadores están en contra del
poder popular y los Consejos Comunales.
Esto, presidente Maduro se cayó y llame a unas elecciones generales o
renuncie a su investidura, los revolucionarios no quieren ver más sangre en las
calles ya sean de opositores o afecto al bolivarianismo, Todos nos morimos de
hambre y asistencia pública.
El problema de seguridad, ya es de fondo. Hay un proceso de conspiración
que está afectando la capacidad de gobernar y, existen grupos civiles armados
que están dañándose unos con otros y es el preámbulo de una guerra civil y las
cárceles se amotinan por el control del nuevo pranato.
Ya, no podemos acallarnos, solo queda la persuasión y cortinas de humo
para comprar apoyo político, necesitamos reorientar el movimiento bolivariano
de Venezuela, soy seguidor de Bolívar, mucho antes de la aparición del
Comandante Chávez, la izquierda sumida en el silencio invernal, tuvo la
necesidad de utilizar la imagen de un joven soldado para liberar territorios y
el hombre adquiriese conciencia política, pero, el Capitalismo trazo nuevas
rutas y fue detonando las burbujas y semilleros del movimiento progresista del
país.
Seguir a otro, por más sabio que sea,
nos impide descubrir las formas del "yo". La persecución de la
promesa de una utopía preconcebida ciega totalmente la mente que no se da
cuenta de su propia acción restrictiva nacida de su deseo de confort, de
autoridad, de que otro le ayude. El sacerdote, el político, el abogado y el
militar, todos están para "ayudarnos", pero esa ayuda destruye la
inteligencia y la libertad. La ayuda que necesitamos no está fuera de nosotros;
no debemos suplicar ayuda, la ayuda llega sin que la busquemos cuando somos
humildes y entregados a nuestro trabajo, cuando estamos abiertos a comprender
nuestro sufrimiento y nuestras dificultades cotidianas.
Decía Salomón, el prototipo universal del sabio, que todo tiene su
tiempo y su forma bajo el sol. Esa visión es también recogida en La República
en donde Platón presenta la sofocracia, o gobierno de los sabios, como remplazo
de la aristocracia o la oligarquía actual que, supuestamente, es el gobierno de
los mejores, como un ejemplo del cambio necesario de las formas políticas en
busca de una solución mejor.
Ahora bien, utilizando el símil del pilotaje de un barco, si el sabio
sabe distinguir entre la realidad y la utopía para conducirlo exitosamente a
puerto seguro, que es de lo que se trata un gobierno, diría el filósofo que
"En un barco no debería decidir el más fuerte, pues esto no daría un mejor
resultado". La falta de lo que Platón proponía como gobierno efectivo, lo
vemos en Venezuela o Cuba en donde la Ley del más fuerte (gobernante +
ejército) ejemplifican los resultados de la tiranía.
Tampoco debería el barco ser gobernado por los más ricos, que, al no
necesitar plata, buscan el honor y la gloria a cualquier costo. Un ejemplo
actual podría ser Trump. Y hay otros que se enriquecen en la presidencia para
después exigir lo que se ganó Trump trabajando duro. Pero en Francia los burgueses
les quitaron el poder a los reyes; sin embargo, estos, debido al prestigio de
las formas, tratos e influencias cortesanas, siguieron manteniendo el foco del
poder. Por eso muchos ‘demócratas’ se creen reyes o amigos de ellos. Así, con
esos ejemplos, después de haberse instaurado la democracia que supuestamente
representaba al pueblo, este sufre ayer como hoy, de un alto grado de
corrupción, no por una inclinación natural, sino por la falta de educación que
produce la ignorancia de auto gobernarse y supervisar a sus representantes, lo
que los hace frágiles ante la manipulación del voto, las ideas y el soborno.
(Para profundizar este aspecto recomendaría la lectura de “Cómo formar a un demócrata sin
corromperlo” de Guillermo Carvajal, Editorial Panamericana) Esa es la puerta
falsa por donde se introduce el populismo mentiroso; mucha gente lo desecha
mediante la abstención al no entenderlo ni aprobarlo, o por el contrario, al
conocerlo muy bien.
Por otra parte, en 1957, antes de la revolución cubana, cuando García
Márquez era periodista y no tan político, escribió “De viaje por los países
socialistas – 90 días en la “Cortina de Hierro.” El final del primer capítulo
“La Cortina de Hierro es un palo pintado de rojo y blanco” lo cierra con estas
premonitorias palabras sobre el régimen socialista: “Pobre gente.” La
precariedad de recursos, no la falta de educación, también los habría llevado a
la corrupción obligados por la supervivencia, como en Venezuela y Cuba. Sin
embargo, a pesar de esa experiencia registrada por quien en ese momento se
identificaba como izquierdista y posteriormente fue la fuente de información
privilegiada de un régimen comunista gracias al prestigio que le otorgó el
Nobel para convertirse en consejero presidencial, ese Nobel de entonces, y el
de ahora, le siguen comiendo cuento al Socialismo del siglo XXI a pesar de su
evidente fracaso. ¿Ceguera utópica o estupidez?
¿Diríamos entonces que el populismo como un accidente inesperado de la
democracia, o una etapa transitoria hacia la pobreza del socialismo, es el
mejor resultado de lo que buscaba Platón? Tampoco, porque el ‘capitán’ que se
busca es el que sepa más sobre la conducción de un estado, es decir, lo que hoy
llamaríamos tecnócratas, politólogos, que no necesariamente tendrían las habilidades
éticas o morales del sabio o esa condición espiritual que genera confianza.
Muchos directores institucionales del gobierno de nuestro presidente,
Nicolás Maduro Moros no conocen por ejemplo quién es Pérez Pírela y sus tesis
políticas, es decir, no ven ni su programa, lo digo porque he consultado con
algunos de ellos en unas de sus giras para posesionarse de la sabiduría popular
del pueblo que es manipulados por esas serpientes engañosas y traidores del
Legado de Chávez y el pensamiento revolucionario de Nicolás Maduro Moros.
Quiero, que esto, no se convierta en utopía, debe ser una realidad.
Aquí, nada debe ser figurativo o imaginativo de una sociedad futura. Es el
presente y, no estamos en una isla, Venezuela es un proyecto, una doctrina o
sistema deseable para reflejar o representar una sociedad política y militante.
Esto, debe ser el paradigma de un pensamiento revolucionario, que este
identificado con el país, realmente existente en este momento. Si trasladamos
este paradigma de pensamiento a la paz o la trasparencia política que buscamos,
podríamos preguntar ¿son la paz y esa trasparencia utopías o realidades
posibles aunque lejanas teniendo en cuenta el paisaje que vemos, pero
ignoramos; o convertiremos esa esperanza en una bestia feroz llena de engañosas
promesas y expectativas con el sueño de un nuevo poder?
Sin embargo, muchas veces la ‘utopía’ es un asunto de bloqueo de la
percepción mediada por el lenguaje que utilizamos. Los esquimales tienen
infinidad de palabras para expresar la ‘realidad’ de la nieve, mientras que
nosotros tenemos una, porque conocemos esa realidad solo referencialmente; no
vivimos en ella. Lo mismo ocurre con la paz y sus comunicadores.
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