Escritor- Filósofo


"La niebla es un paso del camino entre una certeza y otra certeza, jamas he caminado entre cargas y visiones falsas, debemos aprender a caminar en el umbral del camino con nuestro maestro espiritual o gurú. Debemos aprender a desafiar a la muerte y dominarla. Amar es un desafío espiritual." Emiro Vera Suárez

Todo cambia tan abruptamente. El tiempo y la vida con su paso solo develan la crudeza, solo caminan para agotarse, para hundirse ante nuestros fallidos intentos de entender algo.

Juan Carlos Vásquez Flores

viernes, 28 de abril de 2017

Libertad y no represión a un pueblo soñador



Aventis

El castrismo se encuentra muy alejado de nosotros por una sola razón, jamás hemos tenido adoctrinamiento y la lógica en la relación de su fuerza es neutralizar el comportamiento del ciudadano y neutralizar sus derechos para convertirla en una nación cautiva.
Pero no estamos realmente vencidos, porque no existe posibilidad alguna de que vayamos a renunciar a nuestros sueños, que han resistido toda clase de tempestades. Tarde o temprano los sueños encuentran el camino para expresarse y acabar materializándose en el mundo., como territorio donde hemos fijado nuestra residencia.
Podemos decir que el castrismo es ajeno a nosotros, sordo a nuestros afectos, porque ignora la dimensión espiritual de un anhelo liberalizador. Así que las razones que mueven los cambios políticos en las dictaduras totalitarias no son solamente de índole política sino, sobre todo, espirituales.
Es bueno destacar lo siguiente soy progresista, pero, debo defender mis intereses de libertad. Somos, otro cuerpo social y no cubano, sobre ese derecho, debemos legitimar nuestra dominación, en la más alta forma de humanismo, responder los ataques verbales de algunos dogmáticos es descalificar nuestra esencia de izquierda y ella, nos lleva a un ejercicio democrático.
Mientras el gobierno sea de hecho el administrador de las necesidades, el distribuidor de los beneficios del pueblo venezolano, y pueda tratarnos como lo hace a los venezolanos como a sujetos de beneficencia, por la imposibilidad de elegir otra alternativa, nuestro calvario se extenderá.
No hay que olvidar que el propósito último del Socialismo es crear un nuevo tipo de ser humano que haya olvidado para siempre todo lo que lo constituye la civilización y dé una nueva interpretación a la historia universal, especialmente al significado de los derechos humanos. Todo esto, es bueno.
Del Foro en Panamá, recuerdo una oración del discurso del presidente Obama. Él dijo: “Las democracias fuertes no le temen a sus ciudadanos”. Ese es el lenguaje de mi isla cautiva. No el del gobierno, que planteará sofismas a sus interlocutores, como ha pretendido engañarnos durante más de medio siglo y, ahora desea hacerlo con Venezuela. Me rijo por los planteamientos de Fidel y el Che, no de cualquier funcionario que desea regirse como juez y parte de un proceso revolucionario.
Aquella sociedad civil es artificial, que lanzaba alaridos contra y a favor de nosotros, pero, con la apertura desea darnos la espalda por Guyana Esequiba, al encontrar esta colonia inglesa grandes yacimientos de gas y petróleo en zonas de reclamación.
El tiempo es un factor crítico. Cuando las revoluciones comienzan cuentan con muchos adeptos y con la curiosa expectativa del conjunto de la población, pero los caudillos totalitarios saben que deben actuar rápidamente porque la luna de miel será corta. Lenin tomó el poder en octubre de 1917 y antes de los dos años ya había echado el cerrojo. A Fidel Castro sólo le tomó 18 meses apoderarse de todos los medios de comunicación, de la enseñanza privada y de las grandes y medianas empresas.
Probablemente Hugo Chávez tuvo que someterse a otro calendario por la forma en que tomó el poder y porque hizo redactar una Constitución garantista con bastantes elementos de la democracia liberal. Enterró un texto "moribundo", pero parió otro que hablaba de separación de poderes y de libertades, y que dejaba la puerta abierta a la insurrección en caso de que la estructura republicana estuviera en peligro.
Ahora, abordamos ese camino.
Su poder se fundamenta en la capacidad represiva del régimen y ésta, a su vez, depende de la información que recibe y del daño que les puede infligir a quienes no obedecen. De ahí la importancia del terror. El sistema juega con la ilusión de que conquista el corazón de los ciudadanos, pero no es verdad. Se trata de apoderarse de las vejigas de los súbditos. La intención es que se orinen de miedo.
Como se sabe, la información es poder. Maduro tiene acceso a los informes de la inteligencia cubana, organismo dedicado a explorar la vida y milagro de las personalidades venezolanas –opositores y chavistas–, especialmente de quienes merodean el poder y tienen la posibilidad potencial de descabezar al Gobierno, sustituirlo y darle un vuelco instantáneo a la situación política.
Hablo claro, sin apasionamiento. Ya ser de izquierda, no es estar en silencio. Porque fíjense lo que sucede con las bolsas de Claps, como reaccionaria Fidel o el Che. Aquí, no hay autoridad, siguen los jefes locales ultrajando al pueblo.
Deseo, un mayor radicalismo en esta referencia por parte del bolivarianismo, es una corrupción vergonzosa.
Maduro tiene acceso a los informes de la inteligencia cubana, organismo dedicado a explorar la vida y milagro de las personalidades venezolanas
Luego viene la represión. Los servicios cubanos aprendieron de la Stasi alemana, madre y maestra de la represión, que basta un 0,5% de la población para manejar a cualquier sociedad en la que, además, el Gobierno controle férreamente los tribunales y el aparato propagandístico para construir el relato que le permita perpetrar cualquier canallada.
¿Cómo llegaron los soviéticos y los alemanes a ese porcentaje? Según la leyenda, la cifra surge de la observación de los rebaños ovinos hecha por la eficiente policía política zarista: la temible Okhrana. Bastaba un perro feroz para mantener a raya a 200 temblorosas ovejas. Entre sus actividades estaba, fundamentalmente, la información, la desinformación, la penetración y la disgregación del enemigo.
Maduro quiere armar una milicia de un millón de paramilitares. ¿Para qué? Porque no se fía de las Fuerzas Armadas
Sin embargo, en Venezuela no alcanzan, y ahí está "el bravo pueblo" en las calzadas y plazas para demostrarlo. Maduro quiere armar una milicia de un millón de paramilitares. ¿Para qué? Porque no se fía de las Fuerzas Armadas. Esas milicias son para evitar que un día algunos militares se cansen de su incompetencia y de sus necedades, como hicieron con el general Juan Velasco Alvarado en Perú, aunque, en su caso, tal vez termine en un avión rumbo a Cuba, rodeado de los handlers del G-2 isleño, que lo manejaban como a una marioneta inepta que hablaba con los pajaritos y bailaba salsa en medio del naufragio.
La hambruna está a la vuelta de la esquina por la falta de dólares para importar alimentos. La catástrofe es mucho peor en sociedades urbanas, como la venezolana, en las que el 78% de la población carece de habilidades campesinas. Súmese a este cuadro la falta de medicinas, de insecticidas, y de todos los factores que mantienen a raya las enfermedades. El resultado es obvio: Venezuela se hunde si Maduro continúa instalado en Miraflores. Todos los venezolanos, incluso los chavistas, saben que tiene que irse.
Necesitamos cambiar, transformar al país, Fidel habló claro, dio las primeras lecciones a seguir, igual lo hizo Chávez, nadie obedeció. Los libros de Chávez fueron al retrete. Todos, le traicionaron.
La Venezuela del "socialismo del siglo XXI" se tambalea y amenaza con desplomarse. Cuando caerá exactamente es solo cuestión de tiempo. De no mucho tiempo, tal vez. Y como la crisis económica y política del país se le ha ido de las manos al Gobierno, el presidente, Nicolás Maduro, en otra demostración irrefutable de su proverbial sagacidad y aconsejado por sus mentores de La Habana, ha optado por el camino más coherente con la naturaleza del régimen: aumentar la represión y "armar al pueblo". Pero, no sabemos disparar.
Nosotros, como sociedad civil somos disidentes, tenemos una visión diferente de lo que queremos que sea nuestro país en revolución. Sin habernos puesto aun de acuerdo, porque somos muy diversos, queremos resolver las cuestiones que nos afectan a nosotros y a nuestros hijos, como la educación, la salud, la cultura, y el papel del Estado, a través del ejercicio de nuestros derechos civiles y políticos; Queremos elegir gobernantes educados y revolucionarios que asuman de buen grado sus limitaciones. Deseamos una economía libre, sin injerencia estatal, sea verdaderamente una economía socialista, es una condición sin la cual el actual gobierno no podría ejercer su tiranía sobre la sociedad. Queremos libertad.











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