Fuente Literaria/ II
parte. Capítulo I.
Relato de Ciencia
Ficción.
La falta de armamento hacía
difícil la llegada al campamento y, ya los escudos eran pocos, cada escaramuza
dejaba varios inutilizados. Janethus, siempre atenta en el castillo, se
encargaba de la cocina y de los invitados.
-He llegado muy
extenuado, vos podéis darme de un poco de agua y alimento, los ciudadanos,
luchan fuertemente con la gendarmería y la otra parte de la ciudad, no quiere
colaborar, esta tarde tendremos una reunión rectoral y, mis pasos deben ser muy
acertados.
Quazil, volvía sobre sus
pasos cada mañana, Darcy y ella, arreglaban todas las cosas y completamente a
sus órdenes, siempre mantenían una garrafa de té helado y una bebida caliente.
Allí, todos deben tener el mismo pensamiento y, o había tiempo para casarse o
enamorarse.
El espíritu de la
familia, reinaba en ese lugar. Algunos, querían vivir a su manera y había una
gran preocupación, descubrir la verdad y, en la noche se reunían alrededor de
la mesa del gran Salom para cantar algunas alabanzas. -
-No le entiendo. Replicó
Janethus, usted debe descansar mi Señor, la alcoba, siempre estará arreglada
para usted y mi familia, es vuestra familia, tenga la seguridad absoluta de que
nuestro casamiento es imprudente y uno de mis hermanos se opone. Acá, podré
atenderle, pero, debo viajar a otras tierras y olvidarme, no tener recuerdos de
aquel momento.
El espíritu de lucha es
presente. Las conversaciones se cruzaban entre los guerreros, había poco
escuderos. El campo de batalla era controlado por grandes aeronaves de acción
rápida y la pólvora adquirida ya se encontraba vencida, los extorsionadores
provenientes del país vecino poseían su propia vanidad y los reparos eran
fuertes, por la poca responsabilidad al momento de los choques entre grupos sectoriales,
solo la prevención hacía acortar los brotes de lucha, los detalles se venían dando,
luego de cada combate.
Había disgusto y llantos.
La ciudad permanecía a oscuras, y nadie estaba obligado a luchar. Había una
fuerza de combate que debía estar eliminada por el perfil de sus integrantes.
Había que organizar los frentes de batalla y, las líneas de combate, los
escuderos estuvieron en el aeródromo, una jornada de trabajo fuerte, solo se
indicaba una dirección de lucha, la libertad del Sur.
Todos se marcharon a
descansar. La luna, dejaba ver su silueta. Ya el thermo de té, se había
agotado.
La fuerza del amor por
Venezuela, lo dice todo, se había reunido, todos los esfuerzos, pero, hay
diferentes enfoques de esa realidad y, alguna vez, debemos hablar del
país. Ya Janethus, se fue de una manera
inesperada, casi sorprendente y, ya no hay pretensiones humanas en el Cerro
Azul
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