Escritor- Filósofo


"La niebla es un paso del camino entre una certeza y otra certeza, jamas he caminado entre cargas y visiones falsas, debemos aprender a caminar en el umbral del camino con nuestro maestro espiritual o gurú. Debemos aprender a desafiar a la muerte y dominarla. Amar es un desafío espiritual." Emiro Vera Suárez

Todo cambia tan abruptamente. El tiempo y la vida con su paso solo develan la crudeza, solo caminan para agotarse, para hundirse ante nuestros fallidos intentos de entender algo.

Juan Carlos Vásquez Flores

domingo, 2 de julio de 2017

Los pesares de los alienígenas.



Fuente Literaria/ II parte. Capítulo I.
Relato de Ciencia Ficción.

La falta de armamento hacía difícil la llegada al campamento y, ya los escudos eran pocos, cada escaramuza dejaba varios inutilizados. Janethus, siempre atenta en el castillo, se encargaba de la cocina y de los invitados.
-He llegado muy extenuado, vos podéis darme de un poco de agua y alimento, los ciudadanos, luchan fuertemente con la gendarmería y la otra parte de la ciudad, no quiere colaborar, esta tarde tendremos una reunión rectoral y, mis pasos deben ser muy acertados.
Quazil, volvía sobre sus pasos cada mañana, Darcy y ella, arreglaban todas las cosas y completamente a sus órdenes, siempre mantenían una garrafa de té helado y una bebida caliente. Allí, todos deben tener el mismo pensamiento y, o había tiempo para casarse o enamorarse.
El espíritu de la familia, reinaba en ese lugar. Algunos, querían vivir a su manera y había una gran preocupación, descubrir la verdad y, en la noche se reunían alrededor de la mesa del gran Salom para cantar algunas alabanzas. -
-No le entiendo. Replicó Janethus, usted debe descansar mi Señor, la alcoba, siempre estará arreglada para usted y mi familia, es vuestra familia, tenga la seguridad absoluta de que nuestro casamiento es imprudente y uno de mis hermanos se opone. Acá, podré atenderle, pero, debo viajar a otras tierras y olvidarme, no tener recuerdos de aquel momento.
El espíritu de lucha es presente. Las conversaciones se cruzaban entre los guerreros, había poco escuderos. El campo de batalla era controlado por grandes aeronaves de acción rápida y la pólvora adquirida ya se encontraba vencida, los extorsionadores provenientes del país vecino poseían su propia vanidad y los reparos eran fuertes, por la poca responsabilidad al momento de los choques entre grupos sectoriales, solo la prevención hacía acortar los brotes de lucha, los detalles se venían dando, luego de cada combate.
Había disgusto y llantos. La ciudad permanecía a oscuras, y nadie estaba obligado a luchar. Había una fuerza de combate que debía estar eliminada por el perfil de sus integrantes. Había que organizar los frentes de batalla y, las líneas de combate, los escuderos estuvieron en el aeródromo, una jornada de trabajo fuerte, solo se indicaba una dirección de lucha, la libertad del Sur.
Todos se marcharon a descansar. La luna, dejaba ver su silueta. Ya el thermo de té, se había agotado.
La fuerza del amor por Venezuela, lo dice todo, se había reunido, todos los esfuerzos, pero, hay diferentes enfoques de esa realidad y, alguna vez, debemos hablar del país.  Ya Janethus, se fue de una manera inesperada, casi sorprendente y, ya no hay pretensiones humanas en el Cerro Azul

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