Escritor- Filósofo


"La niebla es un paso del camino entre una certeza y otra certeza, jamas he caminado entre cargas y visiones falsas, debemos aprender a caminar en el umbral del camino con nuestro maestro espiritual o gurú. Debemos aprender a desafiar a la muerte y dominarla. Amar es un desafío espiritual." Emiro Vera Suárez

Todo cambia tan abruptamente. El tiempo y la vida con su paso solo develan la crudeza, solo caminan para agotarse, para hundirse ante nuestros fallidos intentos de entender algo.

Juan Carlos Vásquez Flores

viernes, 18 de enero de 2019

Errejón precipita a Podemos y acelera caída de Nicolás Maduro


Aventis


La mirada ajena, Venezuela le ha dado mucha mirada al mundo exterior y, busca legitimarse con la izquierda, a la hora de construir su imagen. Pero ¿Tenemos clichés heredados?  Bueno, España ha sido muy indolente con nosotros para hacernos incompatibles con la modernidad y sus frutos de democracia y progreso. De allí, que hemos dejado de ser románticos.
El batacazo de Podemos sin embargo no tiene como principal beneficiario al PSOE como cabría imaginar. O al menos no como único beneficiario. Como hipótesis cabría aventurar que una parte de sus electores, decepcionados, se dirija a la abstención o incluso pase a engordar el otro extremo del arco parlamentario siguiendo un recorrido similar al que han realizado los votantes de extrema izquierda en países europeos vecinos, como es el caso de Francia.

Tras el colapso de los regímenes comunistas que concluyó con la caída del muro de Berlín, los partidos de izquierdas han pretendido adueñarse políticamente de la idea del progresismo para adjudicarse una imagen de marca que les otorgue una superioridad moral en la vida pública, como adalides de las mejoras del bienestar social y de los avances democráticos y que, a la vez, estigmatice a sus adversarios políticos como si fueran reaccionarios y discutiblemente democráticos. Así pretenden difuminar el contenido de su trasnochada ideología socialista y comunista, causante de la mayor pérdida de libertad, bienestar y progreso de las últimas décadas. Pero su maniobra de distracción cada vez engaña a menos gente.

Sirvan de ejemplo de "falsos gobiernos progresistas": los totalitarios gobiernos comunistas causantes de la dictadura y del actual retroceso de bienestar de las antes prósperas Cuba y Venezuela. El pernicioso Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, responsable de la devastadora crisis de 2008, que con su negligente gestión económica causó un tremendo paro y gran sufrimiento social. Los incompetentes gobiernos socialistas, que tras gobernar Andalucía durante 36 años consecutivos la han dejado con los peores índices de educación y desarrollo de España. Y el desleal y peligroso Gobierno de Pedro Sánchez, dispuesto a traicionar a España con los golpistas catalanes que están destrozando la libertad, el bienestar y la convivencia democrática en Cataluña.

El diccionario de la RAE define el término progresista de la siguiente forma: "Aplícase a un partido liberal de España, que tenía por mira principal el más rápido desenvolvimiento de las libertades públicas". No parece que se pueda asimilar de ninguna manera dicha definición al autoproclamado progresismo del PSOE y de Podemos, cuya decadencia ideológica es totalmente contraria al auténtico progresismo liberal, protector de las libertades públicas y generador de riqueza y bienestar.

Hoy, Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, lucen distantes. Podemos se fue en picada ante la arremetida de VOX.

En política social, el falso progresismo pretende hacer ingeniería social al imponer a toda la sociedad, como valores indiscutibles de la "corrección política", la política de género y el lenguaje inclusivo; el aborto; la ideología LGTB; el amparo de la religión musulmana, como contraposición a la detestada religión católica que profesa muy mayoritariamente la sociedad española; y una irrealista política de inmigración tipo welcome refugees y Aquarius. Pero sin asumir que la mejor política social es la creación de empleo, como el medio más efectivo de acelerar el progreso social.

Tras el descalabro de la falsa izquierda progresista en las recientes elecciones de Andalucía, resulta intelectualmente grosero que los autoproclamados progresistas(que gobiernan España con el apoyo de la extrema izquierda antisistema y batasuna y del independentismo golpista) se arroguen la guardia y custodia de la ortodoxia democrática y pretendan vetar en el marco democrático a una fuerza de derecha radical como Vox, de quienes, aunque se discrepe, no se puede discutir su carácter democrático.
 
Pero los falsos progresistas han quedado definitivamente desenmascarados en su impostura cuando el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha tenido la fatua arrogancia de afirmar que "la Constitución es una conquista de la socialdemocracia y que no venga ninguna derecha a decir que es constitucionalista, porque no lo es".
La intransigencia fundamentalista del falso progresismo lleva a la aberración de considerar como impecablemente democrática su pretensión de transformar España en un Estado federal, pero, en cambio, rechaza por antidemocrática la pretensión de la derecha radical de recentralizar el Estado. Igualmente, acoge en su seno, sin oponerle ninguna objeción democrática, a la extrema izquierda antisistema de Podemos -con quienes pactaron en 2015 para gobernar el Ayuntamiento de Madrid y varias autonomías- que pretende derribar el régimen constitucional del 78 e imponer la república, suprimiendo la Monarquía constitucional; apoya el derecho de autodeterminación de los golpistas catalanes y demuestra su carácter totalitario y antidemocrático cuando, tras su fracaso electoral andaluz, tomaron violentamente las calles de Andalucía como prueba de que no aceptan el resultado negativo de las urnas.

Y si para justificar el veto a Vox se alega que en ningún país europeo se pacta con la extrema derecha populista, en tal caso, que se ponga un solo ejemplo de partido progresista de gobierno que pacte para gobernar con partidos independentistas, que pretenden romper la nación y que incluso han dado un golpe de Estado institucional para independizarse inconstitucionalmente. El falso progresismo pretende suavizar la gravedad del golpe de Estado catalán, que ha supuesto el máximo atentado contra la libertad de los españoles y la propia existencia de su nación, para poder gobernar la nación con el apoyo de los golpistas, ante quienes se humilla al ir a visitarlos a la cárcel para negociar su apoyo a los Presupuestos del Estado.

Errejón, destabiliza a su vez a Venezuela, porque  Venezuela recibe  de su dirigencia, la  suficiente asesoría.


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